Es verdad que solemos abusar de las bebidas gaseosas, cuando debería formar parte de nuestra vida solo como algo extra, ya que no nos aportan nada necesario para el organismo (a parte de placer... ;) ). Ahora que se acerca el buen tiempo, creo que es un buen momento para ponernos en zona de alerta con este tema, porque con el calorcito apetecen muchísimo más.
Para no caer en la tentación os doy el truquito que mejor me funciona a mí, y es que cuando me apetece algo con un poquito de sabor, opto por poner una jarra de agua en la nevera con trocitos de fresa, limón, pepino, o cualquier fruta o verdura que pueda darle un sabor que me apetezca. En cuanto lleva un rato en la nevera, le añado hielo, y es la bebida perfecta para los días en los que las temperaturas son más altas. Además de estar buenísimo, ser súper refrescante y tener tantas opciones y combinaciones como queramos, es muchísimo más saludable.
Y es que si dejáramos de tomar refrescos tan a menudo, notaríamos diferentes beneficios, empezando por el sentirnos menos hinchados o perder algunos quilos que podamos tener de más. Y estoy segura de que podemos añadir muchas otras cosas a la lista... así que... ¡llegó el momento de ponerse manos a la obra y descubrirlas por nosotros mismos! Os propongo que mañana mismo, empecemos juntos el #reto21díasmayo y dejemos los refrescos solamente para ocasiones realmente especiales, o momentos en los que nos apetezcan de verdad. Aquí tenéis la plantilla para llevar el control de vuestro reto, y dejo el enlace del post dónde explico cómo funciona el reto, por si no sabéis de qué estoy hablando y queréis sumaros ahora.
Por cierto... yo sigo intentando cumplir los 21 días de cenas ligeras. La verdad es que me está costando muchísimo... pero no me rindo! :) ¿Cómo lo lleváis vosotr@s?